Reciclados
Primero fueron botellas, sí de esas que cuando encuentras en el parque o en la playa se convierten en bien más preciado, de esas que a veces los ciudadanos de dos patas tiran en dónde no deben. Y después se convirtieron en poliéster reciclado que ahora forma parte de estos collares con los que tanto te gusta fardar.